¡HABLEMOS DE
COLLARES! (Primera Parte)
¿Sabías que los Collares se
inventaron hace 2 millones y medio de
años? ¿Y que esta palabra viene del latín “collum” que significa “cuello”?
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La definición de la palabra
“collar” (del latín “cuello”) es muy sencilla: adorno que ciñe o rodea el cuello. Una idea sencilla que, desde el
Paleolítico hasta nuestra era ha dado muchas, muchas vueltas.
Como ya hemos comentado, los
primeros restos de collares localizados en excavaciones datan de la Época Paleolítica, en aquel tiempo,
estos adornos se confeccionaban con piedras,
dientes de animales…. Se supone que
se usaban fundamentalmente como amuletos
de protección contra “el mal”.
Seguimos avanzando en el tiempo y
llegamos al Antiguo Egipto. De esta
época datan algunas de las piezas de orfebrería antigua más valiosas. Creados con
los materiales más preciosos de la época… los anchos collares egipcios protegían a hombres y mujeres gracias a su forma redonda mágica.
La cultura Griega introduce un importante cambio en el uso de este
adorno eterno: de ser utilizado por hombres y
mujeres, pasó a ser un complemento
exclusivo de las mujeres. ¿Por qué? Quizás
porque recordaba demasiado a las argollas que se uncían al cuello de animales y
esclavos… pero, claro, esa es una teoría.
Justito después de los griegos
llegan los romanos y, cómo no,
también “revolucionan” el mundo del collar haciendo extensivo de nuevo su uso a
hombres y mujeres. Perfeccionan las cadenas
inventadas por los griegos y crean grandes collares que, en dos, tres y
cuatro vueltas, les llegaban hasta la cintura. Como abalorios utilizaban
cuentas de oro y piedras preciosas y, para no dejar de lado el sentido mágico
del círculo, añadían como colofón varios amuletos protectores.
CONTINUARÁ....